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¿Qué son las tierras raras?
Se conoce como tierras raras, también denominadas por sus siglas en inglés REE (Rare Earth Elements), al conjunto de 17 elementos químicos metálicos formado por el Escandio (Sc-21), el Itrio (Y-39) y el grupo de los lantánidos: Lantano (La-57), Cerio (Ce-58), Praseodimio (Pr-59), Neodimio (Nd-60), Prometio (Pm-61), Samario (Sm-62), Europio (Eu-63), Gadolinio (Gd-64), Terbio (Tb-65), Disprosio (Dy-66), Holmio (Ho-67), Erbio (Er-68), Tulio (Tm-69), Iterbio (Yb-70) y Lutecio(Lu-71). Estos metales especiales empezaron a descubrirse a finales del siglo XVIII y el último en descubrirse fue el Prometio, en 1945.
En realidad, estos elementos “ni son raros ni son tierras” sino que se los agrupa en una misma familia debido a sus similitudes químicas. El término “raras” no se refiere a la poca o mucha cantidad que existe de ellos, sino a lo complicado que resulta en algunos casos separar el elemento de los minerales que lo acompañan, ya que es muy poco común encontrarlos de forma pura. El término “tierra” proviene de una denominación antigua de los óxidos. Se los agrupa en una familia
La estrecha analogía en el comportamiento químico de las tierras raras hace que su proceso de extracción y posterior separación y purificación, a partir de los diferentes minerales en los que se encuentran asociados, sea tedioso y complicado (en algunos casos puede implicar más de 1,500 etapas). A pesar de todo esto y por sus excepcionales propiedades ópticas, eléctricas y magnéticas, las tierras raras se han hecho casi insustituibles en la industria actual.
Las aplicaciones de las tierras raras son muy diversas y aumentan constantemente. Hoy en día se usan para producir discos duros de ordenador, equipos de sonido, catalizadores de automóviles, pilas de combustible, imanes permanentes, teléfonos móviles, pantallas de T.V., pantallas táctiles, turbinas eólicas, paneles solares, materiales cerámicos o materiales ópticos, entre otros muchos. Sus propiedades ópticas y magnéticas los han convertido en indispensables para la producción de casi todos los equipos modernos.
Aunque hay numerosas reservas de tierras raras repartidas por todo el mundo, son pocas las minas donde se extraen. De hecho, casi totalidad de la producción mundial de tierras raras (más del 90%) procede de China y, en concreto, de un solo yacimiento, Bayan Obo, situado en la Región Autónoma de Mongolia Interior, que supone entre el 40% y 60% de su producción. La dependencia del resto del mundo de China en cuanto a tierras raras quedó clara a fines de 2010 cuando China amenazó con restringir los suministros. El alza en los precios de algunas tierras raras llegó a ser del 3.000%. Desde entonces, los precios han caído pero el conflicto fue suficiente para impulsar a las empresas a recuperar la producción de minas abandonadas, como ha sucedido en EE.UU. y Australia o a presentar proyectos para la apertura de nuevas explotaciones, como en India, Brasil, Malasia y Canadá.